Los productores citrícolas de Tucumán deben seguir cumpliendo todas las normativas que rigen en la actualidad para prevenir el ingreso de la enfermedad del HLB a la provincia y a la región. Para ello, sin dudas, deben estar bien informados y tener en la cabeza esta problemática. El HLB está presente en países limítrofes, sobre todo en Brasil, y ya apareció en Misiones, en donde las plantas fueron erradicadas. Lo mismo ocurrió en otras provincias del NOA.
La citricultura es la segunda actividad agroindustrial en lo que respeta a movimientos económicos, y que forma parte del PBI provincial, por lo que mantenerlo en su lugar y, en lo posible hacerlo crecer, es una necesidad permanente y debe ser una cuestión de Estado.
Actualmente se dieron resultados positivos en plantas aisladas de Misiones y preocupa mucho que el vector ya esté presente en algunas provincias. Por suerte, en Tucumán, no tenemos al insecto vector (Diaphorina citri) todavía entre nosotros ni tampoco a la bacteria causal de la enfermedad (Candidatus Liberibacter spp.).
Sin dudas que la enfermedad bacteriana es peligrosa y lo demuestran los daños que viene ocasionando en Brasil con la destrucción de más de 30 millones de plantas cítricas y el uso de medidas drásticas para aminorar su infestación. Esto se debe a que toda planta infectada debe ser eliminada y se deben realizar monitoreos permanentes con medidas de control rígidas y severas del insecto vector.
Además, debe realizarse un trabajo en conjunto y es necesario definir estrategias integradas de control del psilido vector de la enfermedad, ya que se confirma que si no se realiza una estrategia en conjunto entre el sector productivo y el Estado para controlar los efectos de la enfermedad, la situación sería aún más complicada que la actual, tal como viene ocurriendo en Brasil.
Consciencia y participación
Esto nos debe mostrar que todos los sectores involucrados tienen que ser conscientes de su peligrosidad y estar atentos. Que nuestros gobiernos (nacional y provincial), el sector productivo, las asociaciones y las instituciones científicas, directamente involucrados en la atención del problema, están hoy abocados a encontrar soluciones definitivas. El objetivo central, es sobre todo, aplicar medidas preventivas que se puedan identificar y desarrollar para fortalecer la defensa de la actividad citrícola.
En nuestra región los organismos de control están realizando diferentes operativos para prevenir el ingreso del HLB como los procedimientos que lleva a cabo el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) para cumplir con el objetivo de que las plantas cítricas que se comercialicen sean sanitariamente seguras. Desde fines de diciembre hasta la semana pasada, el Senasa completó la destrucción y quema de 20.000 plantines que habían sido previamente interdictados en dos viveros situados en Tafí Viejo, Tucumán.
Según establece la normativa vigente, las plantas que se comercialicen deben ser sanitariamente seguras, medida que apunta a prevenir el ingreso y la dispersión del HLB en el país. En este sentido, todos deben los actores involucrados deben colaborar.
Atento a esto, en noviembre del 2013, personal de la Coordinación de Protección Vegetal del Centro Regional NOA Sur del Senasa constató la presencia de plantines porta injerto a cielo abierto en dos viveros que no se adecuaban a los parámetros establecidos por la resolución Senasa 930/09, para la producción de material cítrico. Por esa razón, se labraron las actas de constatación e interdicción. Es importante destacar que Tucumán todavía sigue calificado como zona 1, es decir, con ausencia del vector y de la bacteria. Esto nos diferencia del resto de las zonas productoras del país, y es primordial mantener la provincia en el status de zona 1. Para ello, los esfuerzos a realizarse deben ser aún mayores.
No es redundante poder afirmar que todos los factores que componen esta actividad agroindustrial deben trabajar mancomunadamente para evitar el ingreso de esta temible enfermedad. Para lograrlo, debemos evitar el ingreso y los movimientos a través de las fronteras nacionales, de las regionales y de las provinciales de cualquier material vegetativo. De esto modo, se podrá cumplir con toda la normativa vigente de multiplicación de plantines.
No hay dudas de que los monitoreos en ruta deben ser más efectivos, y alcanzar no sólo a los camiones, y a los conductores que transitan en vehículos particulares para controlarlos, sino también para informarlos sobre la problemática. Para lograr este propósito, se necesitará una infraestructura permanente y para todos. La necesidad de crear conciencia en la sociedad es una urgencia y un deber del Estado y del sector, involucrado, por lo que la información debe ser permanente en todos lados.